¿Quieres dejar de… beber tus calorías?

Cada pocas semanas, comienzo un nuevo grupo de clientes en un programa para cambiar sus hábitos de salud. Uno de los hábitos en los que trabajamos juntos es consumir menos calorías líquidas. Muchos de mis clientes dicen lo mismo: “Tranquilo, no bebo tanta gaseosa”. Pero luego les pregunto qué han comido esta mañana en Starbucks…
En 2004, los investigadores analizaron los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición para ver cuántas calorías beben los estadounidenses. Analizaron específicamente las “bebidas azucaradas”, que incluyen:
- Bebidas “bajas en calorías”
- Tés endulzados
- Bebidas y jugos de frutas
- Bebidas dulces de bar de café (como Frappuccinos y chocolate caliente)
- Leches de arroz y soja
- bebidas deportivas
¿Qué descubrieron? El 63% de los estadounidenses consumía una o más de estas bebidas en un día determinado, y el total de calorías diarias provenientes de bebidas azucaradas ha aumentado en los últimos 20 años en un 29%, hasta superar las 200 calorías diarias (¡eso no incluye el alcohol, que según la encuesta representaba otras 99 calorías diarias!).
La mayoría de estas bebidas se han colado en nuestra rutina diaria porque se han comercializado como “saludables”. Algunas de ellas incluso están “elaboradas con frutas”, algo así como cuando le pongo un pepinillo a un sándwich de rosbif y digo que está “elaborado con verduras”. Pero mi problema con las calorías líquidas no tiene nada que ver con la “salud”, sino con la falta de atención. Según mi definición, cualquier caloría que consumas sin darte cuenta es una caloría vacía. Y como las calorías se acumulan, es hora de aprender a beber menos calorías vacías. Estas son las mejores lecciones que he aprendido de mis propios clientes.
1. Lleva un registro de tus bebidas Cuando comiences a registrar tu jugo de naranja matutino y tu Frappuccino vespertino en nuestro sitio, notarás esas calorías. Observa cuántas bebidas bebiste de la lista anterior al final de la semana y suma la cantidad de calorías adicionales que bebiste. Para una verdadera sorpresa visual, observa cuántos gramos de azúcar extra bebiste y luego mide esa cantidad en azúcar de mesa.
2. Bebe más agua La mayoría de las calorías que bebemos las consumimos porque tenemos sed. Recomiendo beber entre 50 y 100 onzas de agua pura al día. Comienza el día con un vaso por la mañana y termínalo con un vaso antes de irte a dormir.
3. Ten una botella de agua en tu escritorio ¿Por qué mencionar el trabajo? Porque pasamos mucho tiempo en la oficina y porque la persona promedio consume allí el 20% de sus calorías líquidas. Si tienes una alternativa a mano, puedes simplemente reemplazar la ingesta de calorías sin pensar por la ingesta de agua sin pensar.
4. Bebe agua inmediatamente después del vino. Si vas a salir a tomar algo con amigos, prueba a beber un vaso de agua por cada cóctel o copa de vino que bebas. Si eres como mis clientes (o como yo), acabarás bebiendo la mitad de las calorías que normalmente beberías y, además, te despertarás sintiéndote mucho mejor a la mañana siguiente.
5. Prepara un poco de té El té verde, negro, blanco o rojo (¿sabías que había tantos colores diferentes?) es muy sabroso, saludable y fácil de preparar. Puedes beberlo frío, caliente o en cualquier tono intermedio y es sabroso por la mañana, al mediodía y por la noche. Si simplemente estás harto del agua sola, busca un té que te guste y ten una taza cerca.
¿Bebes demasiadas calorías vacías? ¿Estás reduciendo tu consumo? Comparte tus estrategias en los comentarios.
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