¿La fructosa es tan mala como has oído?

Es posible que beber bebidas azucaradas aumente el riesgo de aumentar de peso porque:
- El alto contenido de azúcar proporciona una gran cantidad de calorías vacías.
- No te sientes apreciablemente más lleno después de beber una bebida azucarada.
- No comes menos calorías para compensar las calorías que bebes.
Pero algunos científicos se preguntan si hay algo más detrás de esta historia. La sacarosa (el azúcar de mesa común) está compuesta de dos azúcares diferentes: glucosa y fructosa. Debido a la forma en que nuestro cuerpo metaboliza la fructosa, se ha ganado una mala reputación. Más allá del metabolismo, los científicos quieren averiguar si nuestro cerebro responde de manera diferente a la fructosa que a la glucosa. ¿Y cómo podría esto afectar nuestro apetito y nuestras elecciones alimentarias?
Lo que dice la ciencia
En la actualidad, estudios de gran escala basados en la población vinculan las bebidas azucaradas con el aumento de peso. El problema con estos estudios es que los científicos no pueden aislar los efectos de la glucosa y la fructosa, ya que no tienen los recursos para estandarizar las dietas de miles de participantes. Para analizar en profundidad los efectos de la fructosa frente a la glucosa, los científicos recopilaron datos detallados de 24 participantes adultos sanos.
En este estudio , los científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) asignaron aleatoriamente a los participantes un líquido de 10 onzas que contenía 2 onzas de fructosa o glucosa. Los datos se recopilaron antes y después de que los participantes bebieran su bebida dulce. Los voluntarios sirvieron como su propio control. ¿Cómo? Volvieron días después para recibir la bebida que no recibieron la primera vez; por ejemplo, si habían recibido fructosa la primera vez, recibieron glucosa la segunda vez. Para ser consistentes, los voluntarios tuvieron que ayunar las dos veces antes de ingerir las bebidas azucaradas, así como mantener sus dietas y rutinas de ejercicio iguales.
Hallazgos azucarados
Una vez recopilados los datos, los científicos pudieron ver cómo les fue a los participantes con las bebidas con fructosa en comparación con las bebidas con glucosa. Curiosamente, los participantes informaron que su hambre y deseo de comer disminuyeron después de tomar las bebidas con fructosa y glucosa. No es sorprendente que la mayoría encontrara ambas bebidas agradables para sus papilas gustativas. Pero a pesar de informar que tenían menos hambre y deseo de comer, los escáneres cerebrales y las elecciones de alimentos de los participantes contaron otra historia:
- Los cerebros de los participantes respondieron con mayor facilidad a las imágenes de alimentos después de beber fructosa en comparación con la glucosa. Esto se manifestó como una mayor actividad de la corteza visual en las imágenes por resonancia magnética del cerebro de los participantes. Esto es interesante porque sugiere que los participantes pueden estar más motivados para comer después de una dosis de fructosa.
- Los bebedores de fructosa tenían más probabilidades de elegir comida en lugar de una recompensa monetaria a largo plazo en comparación con los bebedores de glucosa. Esto es interesante porque implica que después de beber fructosa (en lugar de glucosa) podemos elegir inconscientemente opciones que nos gratifiquen inmediatamente en calorías en lugar de beneficios a largo plazo.
- Los niveles de insulina y azúcar en sangre eran más altos en los bebedores de glucosa que en los bebedores de fructosa. Siempre hablamos de prevenir los picos de azúcar, los picos de azúcar y los picos de insulina, así que esto es una buena noticia para la fructosa, ¿verdad? No necesariamente. Dos factores que ayudan a que nuestros cuerpos se sientan más saciados después de comer son tener niveles moderadamente más altos de insulina y azúcar en sangre, aunque la moderación es clave. La fructosa no parece ayudar con la saciedad, probablemente debido a la forma en que se metaboliza .
¿Cuál es la conclusión?
Si bien es interesante aprender cómo la fructosa y la glucosa nos afectan de manera diferente, rara vez comemos fructosa y glucosa de manera aislada. En cambio, la mayoría de nosotros las obtenemos a través del azúcar de mesa (y cualquiera de sus 44 primos ), que es 50% fructosa y 50% glucosa. Está claro que la fructosa pura no es buena para la salud. La mejor manera de reducir la ingesta de fructosa es comer menos azúcar agregada .
Para aquellos que están demasiado entusiasmados por eliminar el azúcar de sus dietas, este es un buen momento para hacer un anuncio de servicio público… en favor de la fruta fresca.
La fruta contiene fructosa, pero en cantidades relativamente bajas. Además, contiene mucha fibra para retardar la absorción de fructosa. Además, la fruta es una fuente natural de valiosos antioxidantes, fitoquímicos y vitaminas como C, A, folato, etc. En personas sanas, se ha demostrado que comer frutas y verduras reduce el riesgo de enfermedades cardíacas , diabetes , cáncer y mucho más. ¡Es el único consejo dietético en el que siempre puedes confiar!
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