El motivador sorprendentemente poderoso que estás dejando sin explotar

“Es extraño”, dijo Samantha, “pero siempre que estoy nerviosa por un evento próximo en el que sé que tengo que estar presente y hacer una presentación, mi atención se dirige directamente al tamaño de mi barriga. ¿Me aprieta la camiseta? ¿Me veo gorda? Uno pensaría que, en cambio, estaría pensando: ¿me preparé lo suficiente para mi presentación o tendré algo interesante que decir y de lo que hablar?”. Asentí y escuché.

Escucho este tipo de comentarios de parte de mis clientes y estudiantes (hombres y mujeres) con mucha frecuencia. Por lo general, cuando les pregunto a mis clientes si aman su cuerpo, comienzan a decirme qué es lo que no les gusta de él. Queremos adelgazar dos kilos, tener bíceps más grandes, caderas más pequeñas o ser unos centímetros más altos. Queremos reafirmarnos, comer menos y todos queríamos esto ayer. Si no valoramos lo que tenemos y quiénes somos, estos cambios son imposibles.

La mayoría de nuestros hábitos y la forma en que pensamos sobre el mundo y sobre nosotros mismos se llevan a cabo de forma automática y sin mucha conciencia. ¿Sabías que de los 82.000 pensamientos que tenemos al día, el 70-80% están orientados hacia lo negativo? Sí, es cierto. Doy un curso de diez semanas en la Universidad de Stanford titulado “Convertirse en una mejor persona”, y en la clase comparto y aliento a mis alumnos a practicar la atención plena y la compasión. Creo que son las bases de un cambio real y duradero.

La atención plena es estar presente en nuestra experiencia momento a momento.

La compasión es la capacidad de estar con el sufrimiento de los demás o de nosotros mismos, sin necesidad de cambiar o arreglar.

Las investigaciones sobre la compasión han demostrado que cuando empezamos a centrarnos en pensamientos negativos o críticos, nuestro sistema nervioso responde. Pasamos de un lugar tranquilo y abierto a un lugar temeroso y contraído en el que no nos sentimos seguros. Además, cuando nos criticamos a nosotros mismos, se libera una hormona del estrés llamada cortisol. Se ha demostrado que esto aumenta la cantidad de grasa abdominal almacenada por el cuerpo, especialmente en las mujeres. La buena noticia es que la compasión es un mayor motivador para el cambio que la crítica. Además, se considera que nuestro cerebro es bastante maleable, por lo que podemos cambiar nuestros hábitos si cambiamos nuestra forma de pensar sobre las cosas.

Pruebe los consejos a continuación y estará en camino hacia un cambio compasivo:

  • Respira y aprende a identificar tus pensamientos negativos. Cuando podemos estar con nosotros mismos, aprendemos qué pensamientos aparecen y desaparecen. Por ejemplo: “Nunca me ascenderán”, “No soy suficiente”, “Nadie me quiere ni me apoya”.
  • Responde a lo negativo y crea nuevos mantras compasivos. Concéntrate en el amor y la aceptación de quién eres y dónde estás. Prueba este: “Me amo y me acepto tal como soy”, o “Hoy estoy haciendo lo suficiente”, o “Soy suficiente”.
  • Establece metas alcanzables en torno a tu salud y bienestar. Muchas veces nos entusiasma hacer cambios, pero luego nos preparamos para fracasar con nuestras altas expectativas. Sé realista. Puedes preguntarte: “¿Qué puedo hacer razonablemente esta semana?”. Luego, sigue haciéndolo una y otra vez, hasta que te sientas listo para alcanzar un poco más. La constancia es la clave para cualquier cambio real.
  • Agradece las partes de tu cuerpo que te ayudan a ser y hacer lo que amas. Agradece a tu cuerpo. Por ejemplo: “Odio que a veces se me note la panza. Por favor, perdóname por decirte una y otra vez que necesitas ser diferente de lo que eres. Te aprecio y te agradezco por cómo me ayudas a digerir, a guiar desde mi centro de poder y a relajarme”. (Nos relajamos más con la respiración profunda abdominal).
  • Rodéate de personas que te apoyen para ser quien eres y te ayuden a crecer. La compasión es contagiosa.

Lo más importante que podemos lograr en esta vida es la verdadera autoestima y la aceptación de nosotros mismos y de los demás. Esto no tiene nada que ver con que veamos o no el número que queremos en la báscula.

¿Cómo te mantienes positivo y compasivo? Cuéntamelo en los comentarios a continuación.

¿Quieres aprender más prácticas de atención plena? Suscríbete al libro de ejercicios de entrenamiento de atención plena GRATIS de Carley .

SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN 
No te pierdas de nuestro contenido ni de ninguna de nuestras guías para que puedas avanzar en los juegos que más te gustan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir

Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia mientras navegas por él. Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia de usuario. Al continuar navegando, aceptas su uso. Mas informacion