Por qué la meditación es buena para bajar de peso y 14 consejos para empezar

La meditación puede ser una herramienta muy útil para perder peso: puede brindarte una forma productiva de centrarte en el problema cuando te invaden los antojos de comida chatarra y puede ayudarte a adoptar una actitud amorosa que te permita perdonarte a ti mismo cuando tomas un desvío poco saludable.
Pero la meditación requiere práctica, dedicación, perseverancia, paciencia y una mente y un corazón abiertos. Tal vez seas totalmente nuevo en la meditación o estés trabajando para profundizar en tu práctica.
Al principio puede resultar arduo, pero, como ocurre con muchas cosas en la vida, obtenemos lo que damos. A continuación, te indicamos cómo comenzar o profundizar tu práctica de meditación:
Profundiza tu respiración
Disminuye la velocidad de tu respiración, inhalando y exhalando por la nariz (si es posible). Tómate unos minutos para simplemente ser. Hazte presente y siente la sensación de tu respiración. Cuando tu mente divaga, siempre puedes escuchar y sentir tu respiración. Si eres nuevo en la meditación, concentrarte en tu respiración durante toda la duración de la meditación es un excelente punto de partida.
Ojos abiertos o cerrados
Si tienes los ojos abiertos, concéntrate suavemente en un único objeto o punto. Si tienes los ojos cerrados, puedes intentar mirar el chakra del tercer ojo (entre las cejas). Este punto de observación puede ayudarte a dirigir tu atención hacia el interior. Experimenta con los ojos abiertos y cerrados y descubre qué es lo que funciona mejor para ti.
Un lugar tranquilo es un buen lugar
Aunque la meditación puede realizarse en cualquier momento y lugar, lo ideal es estar en un lugar tranquilo al comenzar. Los ruidos extraños y las distracciones pueden captar rápidamente tu atención. Busca un lugar que te permita sentirte tranquilo y cómodo. Tanto el interior como el exterior son excelentes opciones. El silencio es curativo.
Ponte cómodo
¡Súper importante! Tu mente no puede estar clara y tranquila si tu cuerpo no es el mismo. Prueba distintas posiciones hasta que encuentres la que te resulte más cómoda. Prueba estas: siéntate erguido con las piernas cruzadas y las palmas de las manos sobre las rodillas. También puedes apoyarte en algo resistente si te resulta más cómodo. Otra opción es tumbarte en svanasana (tumbarte boca arriba con las piernas estiradas y las palmas de las manos hacia arriba).
Consistencia
Sé constante y constante con tus meditaciones. Practica 10 minutos cada día. Cuando sientas que estás listo para más, prueba 15 minutos, luego 20, etc. Programa un tiempo determinado cada día que puedas dedicar a la meditación. Son 10 minutos, ¡sé que puedes encontrar el tiempo!
Enfocar
La parte más difícil de la meditación es tener la mente ocupada. Estamos hechos para pensar. Usamos el cerebro de forma continua y, por lo tanto, resulta complicado desconectarlo durante la meditación. Dirigir la atención hacia algo específico resulta de gran ayuda. Intenta utilizar un mantra, un mudra, una afirmación o palabras de poder para calmar la mente y centrarte en algo constante. También puedes centrarte en la respiración. Cuando tu mente se distraiga, vuelve a centrarte en tu punto de concentración.
Los amigos son geniales
Invita a tus amigos y familiares a que se unan a ti. Sentir la energía de quienes te rodean puede ser empoderante y también te ayudará a mantener la constancia en tu práctica. Háganse responsables unos a otros e inspírense para practicar todos los días. ¡Comparte tus experiencias!
Ser responsable
Prométete que te esforzarás por mejorar con cada práctica de meditación. Desafíate a practicar todos los días, varias veces al día, si realmente quieres triunfar. (Pero si te saltas un día, no te castigues).
Autoreflexión
La meditación es una práctica que nos permite llevar nuestra atención hacia nuestro interior. Nos permite limpiarnos de cosas que ya no necesitamos y aporta nueva energía y vida a nuestro cuerpo, mente y espíritu. También nos ayuda a aprender sobre nosotros mismos y a experimentar el amor propio y la reflexión. Es tan sencillo como reservar unos minutos cada día, solo para ti. Apreciate, aprende, crece y ámate.
Siéntete conectado
Ábrete a los poderes del universo y al poder que reside en tu interior. Las palmas hacia arriba te ayudarán a elevar tu energía, mientras que las palmas hacia abajo te darán una sensación de estar bien conectado a tierra.
Se producirán distracciones
Los sonidos, sensaciones y pensamientos que se producen durante la meditación pueden ser una gran distracción. Haz lo posible por ser testigo de estas distracciones y luego déjalas pasar. Repasa tu respiración, tu mantra, el punto de observación, etc.
Todo es experimental
Será necesario experimentar un poco para determinar cuál es el mejor momento para meditar. Algunas personas disfrutan meditar temprano por la mañana, cuando la mente está tranquila, mientras que otras prefieren tomar un respiro por la tarde o una sesión relajante por la noche para relajarse. Cada día puede ser diferente: siéntelo y haz lo que te resulte mejor.
Sé indulgente
La meditación puede ser difícil y requiere muchísima práctica. Todos tenemos días malos y, sinceramente, es difícil comenzar una nueva rutina en nuestras vidas ajetreadas. Habrá días que sean más fáciles que otros y días en los que calmar la mente parezca imposible. ¡Sigue así! Es esencial que seamos indulgentes con nuestros “días malos” o momentos de estrés y ansiedad que afecten nuestra práctica de meditación. Respira profundamente unas cuantas veces y vuelve a intentarlo.
—Por Zuzu para Wanderlust
Fotografía cortesía de Wanderlust
Esta publicación es parte del desafío de 28 días de correr, hacer yoga y meditar de Wanderlust y nuestro sitio . Ya sea que seas nuevo en una (¡o en las tres!) de estas actividades, únete a nosotros para lograr una mente y un cuerpo más saludables en menos de un mes.
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