2 maneras de disfrutar de las delicias sin sabotear tus objetivos de pérdida de peso

En muchos sentidos, los antojos de comida chatarra no son muy distintos de los asociados con adicciones más nefastas. No puedes comer solo una galleta o un dulce. Esto puede representar un gran problema si estás en camino de perder peso. La buena noticia es que no necesitas eliminar los dulces por completo para mantenerte en el camino hacia tus objetivos. La clave es idear una estrategia para disfrutar de esos dulces con moderación.

La pregunta: ¿Por qué es tan difícil consumir golosinas con moderación? Jackie Dikos , dietista registrada con sede en Indianápolis, dice que tiene que ver con el hecho de que a menudo consideramos las golosinas como recompensas, algo que nos hemos ganado. El problema es que esa sensación suele ser pasajera.

“Si bien el premio puede tener un buen sabor en el momento, esa sensación de recompensa dura poco”, explica Dikos. “Animo a las personas a que se concentren en cómo quieren sentirse a largo plazo, al menos entre 30 y 60 minutos después del premio”.

Si miras hacia el futuro, es más probable que elijas una porción adecuada. Si bien es probable que te sientas culpable por comerte un galón de helado poco después del último bocado, cuando des un paso atrás y consideres ese resultado, te sentirás motivado para ajustar la porción.

Muchos expertos en nutrición te dirán que, en realidad, puede resultar más fácil desarrollar la autodisciplina necesaria para seguir una dieta saludable a lo largo del tiempo si te permites un capricho de vez en cuando. Se trata de replantear la forma en que ves los caprichos y crear entornos en los que tengas más probabilidades de tener éxito.

Cómo redefinir las golosinas

Si bien está bien disfrutar de los caprichos con moderación, la mayoría de nosotros podemos beneficiarnos de cambiar la forma en que vemos los bocadillos, especialmente si estás tratando de perder peso. “Todos tenemos varios pequeños placeres que queremos disfrutar en la vida”, dice Dikos. “Simplemente prefiero redefinir lo que realmente implica un capricho: hay caprichos de mejor calidad que otros”.

Por ejemplo, sugiere que una porción de pastel casero hecho con mantequilla fresca, harina de buena calidad, azúcar pura y bayas frescas es una mejor opción que una barra de chocolate cargada de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y colorantes alimentarios. Si hay ingredientes en la etiqueta que no puedes pronunciar o que no reconoces, la mayoría de los expertos te dirán que corras en la dirección opuesta.

A continuación se muestran algunos otros dulces redefinidos que Dikos recomienda a menudo:

  • Una batata al horno espolvoreada con canela, un chorrito de miel y cubierta con yogur griego natural o de vainilla.
  • Tortitas de arroz integral con azúcar y canela con una fina capa de mantequilla de almendras
  • Fruta fresca cubierta con yogur natural, germen de trigo y un chorrito de miel.
  • Un batido elaborado con leche de coco, plátano y cacao en polvo.
  • Puré de manzana casero o puré de frutas cubierto con una cucharada de crema dulce casera
  • Un plátano horneado caliente cubierto con una cucharada de mantequilla de maní.

Controle su entorno para frenar los atracones

Además de replantear la forma en que ves los caprichos, también es importante controlar los entornos en los que te encuentras tanto como sea posible para prepararte para el éxito. Para la mayoría de nosotros, esto incluirá el hogar, el trabajo y los entornos sociales. Si inviertes un poco de tiempo en planificar y eliminar las tentaciones siempre que sea posible, tendrás menos probabilidades de sabotear tu pérdida de peso.

Dado que el hogar suele ser el entorno más fácil de controlar, limita la cantidad de golosinas que guardas en casa. Además, asegúrate de que tus alacenas estén repletas de opciones más saludables para no tener que pedir comida a domicilio constantemente cuando tengas hambre.

“Nunca dejes un recipiente de dulces a mano”, dice Dikos. “Ten siempre a mano fruta fresca y otros carbohidratos de buena calidad”.

En el trabajo, no puedes controlar los donuts que traen tus compañeros ni el almuerzo preparado, por lo que es importante planificar con anticipación. “No dependas de los bocadillos que tengas en la oficina”, aconseja Dikos. “Y toma una taza de té de manzanilla relajante durante los días de mucho estrés en el trabajo”.

En las reuniones sociales, pregúntate por los ingredientes. ¿Ese pastel comprado en la tienda estaba hecho con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa? ¿Ese pastel está lleno de colorantes artificiales? Reflexionar sobre este tipo de preguntas puede ayudarte a pensar antes de comer.

“Elija dulces que sean lo más frescos posible y, cuando llegue el momento de colaborar, lleve sus propias golosinas favoritas: la fruta fresca siempre es un gran regalo para las reuniones sociales”, sugiere Dikos.

Por supuesto, mantener una dieta saludable y rica en nutrientes puede evitar muchos de esos antojos de comida chatarra que pueden echar por tierra los esfuerzos por perder peso. De hecho, esos antojos pueden incluso significar que el cuerpo está tratando de comunicar que necesita algo más.

“Las comidas y los refrigerios equilibrados a menudo pueden compensar la probabilidad de desequilibrios importantes”, dice Dikos. “En caso de duda, opte por las verduras: las verduras frescas o cocidas pueden agregar volumen y nutrientes que favorecen la sensación de saciedad. También ofrecen un aporte extra de nutrientes”.

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