¿Qué le sucede exactamente a tu cuerpo cuando comes en exceso?

Comer en exceso puede parecer inofensivo. ¿Por qué te comiste toda esa bolsa de patatas fritas el otro día? Pero, como una de las principales causas de la obesidad, comer en exceso es más grave que simplemente sufrir ocasionalmente el síndrome de “tengo los ojos más grandes que el estómago”.
“Comer en exceso es cuando una persona come hasta el punto de sentirse incómoda”, dice Keri Gans, nutricionista dietista y autora de “The Small Diet Change”. “Deberías poder irte de una comida sintiéndote satisfecho, pero no tan lleno como para desabrocharte los pantalones”.
Pero no se trata sólo de un problema físico. Para llegar a la raíz del porqué lo hacemos, es útil analizar más de cerca el aspecto psicológico y físico.
“Mucho tiene que ver con el comportamiento”, afirma Gans. “Desde niños nos enseñaron a terminar todo lo que había en el plato, por lo que hemos perdido la capacidad de reconocer cuándo estamos llenos”.
Cuando caes presa de la tentación de comer en exceso, le suceden algunas cosas a tu cuerpo.
“La reacción inmediata de las personas cuando comen en exceso es que se sienten cansadas y aletargadas”, afirma Gans. “Digerir una comida requiere trabajo y, si se ingieren muchos alimentos (especialmente alimentos ricos en grasas), el cuerpo necesita mucha energía para digerirlos”.
A continuación, tendrás esa incómoda sensación de hinchazón. A medida que tu cuerpo trabaja para digerir el gran volumen de alimentos, tu estómago producirá gases, lo que te obligará a lidiar con la incomodidad de que la cintura se te clave de repente en el estómago.
También puede experimentar un dolor separado del reflujo ácido, que puede desencadenarse al ingerir una gran cantidad de alimentos.
Y lo más importante (y obvio), cada vez que consumes más calorías de las que quemas, aumentarás de peso.
¿Qué podemos hacer al respecto? En primer lugar, debemos determinar si realmente tenemos hambre o si el hecho de coger el plato de galletas en la sala de descanso es más bien una respuesta emocional.
“Una de las primeras cosas que siempre les digo a mis pacientes es que utilicen lo que llamo el método ‘HALT’”, afirma Gans. “¿Tienen hambre, están enojados, se sienten solos o cansados?”
Una vez que hayas descartado un estado psicológico subyacente como tu motivación para comer, analiza lo que realmente hay en tu plato. Una comida en porciones adecuadas y con un alto contenido de fibra te llenará y te dejará con una sensación de saciedad y nutrición. Gans recomienda seguir la regla 25-25-50: una cuarta parte de tu comida debe ser proteína magra, como camarones a la parrilla, una cuarta parte de cereales integrales, como pasta de trigo integral, y la mitad de fibra que te llene, como verduras a la parrilla.
También puedes comer de un plato más pequeño cuando sea posible, ya que varios estudios han demostrado que el tamaño de nuestra porción en relación con el tamaño del plato juega un papel importante en la cantidad que comemos.
Ahora que estás sentado a la mesa, haz que la hora de comer sea un verdadero acontecimiento. “Reduce el ritmo y elimina las distracciones”, dice Gans. “Concéntrate en comer, saborear y disfrutar de la comida”.
Y por último, recomienda beber agua con las comidas: te ayudará a comer más despacio y a saciarte, lo que te permitirá evitar comer en exceso.
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